Bitácora de una pluma enfermiza URBE + POEIA + MOVIMIENTO

5.08.2007

De Capitanes Planeta y fetiches de lo ecológico


Sin dudas que el ex presidente de la República Ricardo Lagos es una persona muy capaz, para desempañarse en la ONU como asesor de materias sobre cambio climático, pero la pregunta es si es idóneo para un cargo de esta “naturaleza”, si su sexenio estuvo marcado por una agenda política que privilegió el crecimiento económico por encima del medio ambiente y no fijó adelantos para el desarrollo sustentable. 21 fueron los compromisos que adquirió con la ciudadanía y con grupos ecologistas, solamente cumplió uno: la marcha del Transantiago. –sin comentarios-
Más allá de las críticas por su nombramiento de que se trata de un típico cuoteo político internacional, que suenan a una envidia propia del chaqueteo nacional, Ricardo Lagos quiere posicionarse en un tema que tiene mucha relevancia internacional, como el animal político que es. Su nombramiento se debe a cómo se relacionó con los líderes mundiales del G8 por ejemplo y no ha su capacidad interna de gobernar con un intachable comportamiento medio ambiental, de hecho se fueron dos personas de la CONAMA como Adriana Hoffman y Gianni López, quienes de verdad tenían una vocación ambiental y vieron cómo sus esfuerzos estaban siendo mermados por la lógica economicista muy fuertemente defendida desde La Moneda de Lagos.
Así los pasos de Al Gore tras su bullado documental Una Verdad Incómoda’” que no es más que la mejor campaña presidencial nunca antes vista, si votaran los occidentales por el regidor del orden planetario sin dudas que tendría el apoyo mayoritario del orbe. Pero más allá de las bunas intenciones que motiven desde el orden divino o social a los actores privilegiados de la política internacional debemos tomar en cuenta que no se trata precisamente de buenas intenciones encarnadas en seres con una vocación ecológica. Es cosa de revisar los antecedentes de cuando estuvieron a cargo de las decisiones de los estados que representan.

Gore por su parte fue el segundo a la cabeza de la administración de Bill Clinton, que más allá de igualmente haber perpetrado guerras en el planeta y haber mantenido una política internacional prepotente sin duda estábamos en un mundo más tranquilo que con su sucesor. Pero, si ese no fue el momento para ingresar al protocolo de Kyoto ¿Por qué ahora debería ser el momento para EE.UU.? Claro, simplemente porque no queda tiempo, pero por favor, abramos los ojos y percatémonos de que estamos frente a un oportunismo político sin precedentes.

Lagos por su parte, entregó una ley de pesca absolutamente tecnócrata que no da espacio para la lógica ecologista en boga de todos. Haber rechazado un proyecto como “Alumysa” no obedeció a que se pusiera el anillo de los poderes planetarios si no más bien a que el negocio de los salmones estaba en medio de este proyecto de Noranda.Ni por ahí con los capitanes planetas y los esnobistas veganos. Aunque todo esfuerzo sea bienvenido, dejo impreso que no soporto a los oportunistas, que disfrazaron durante años –y mientras estuvieron en el poder- a los ecologistas como marionetas de fundaciones europeas o simplemente de actores preocupadas de los maseteros y no de las personas.