Bitácora de una pluma enfermiza URBE + POEIA + MOVIMIENTO

7.15.2009

Voto disidente (el secreto de mi voto)


Estimado lector, debo de inmediato manifestar que el voto es secreto y un derecho ciudadano que pese a ser obligatorio y esquivo para compatriotas en el extranjero y algunos aún bajo el rótulo de crímenes políticos tiraron ese secreto obligado al tacho de la basura, claro otra vez, obligados. Sin una pistola en la cabeza abro el secreto de mi voto.

En las elecciones de diciembre se juega el Chile que queremos para unos 40 años más en materias energéticas y de desarrollo, entre otras. Ojalá de aquí a fin de año las discusiones sean de fondo y no estériles. Como el discurso del cambio, a todas luces vacío, ficticio, un invento del marketeo para posicionarse en el descontento, ¿no es una muy mala señal que la transformación sea un pilar en el discurso de los candidatos? Lo es en la medida que son parte de un sistema que no ha realizado los cambios urgentes en varios tópicos sociales, pero no lo es, si este descontento es capaz de generar una transformación real en la participación ciudadana y se vayan implementando organizaciones al margen de los partidos políticos para presentar las ideas que entendemos necesitamos.

La inquisición de las encuestas han disparado aventuras que por estos días algunos llaman fracasados que no comprenden un ideal mayor para Chile por sobre las pretensiones personalistas. Pero esos que alzan la voz se mantienen en canteras que han funcionado en el último tiempo como oficinas de empleo para parientes y camaradas. Estos apoyan al candidato Don Lalo, quien ostenta el poder que le queda a la Concertación que para los seguidores del tío Ta Tán, no es más que el intervencionismo desde el aparato público.

Como un sistema hostil ha catalogado el candidato Marquito a la institucionalidad que rige la ley electoral. Que es un muy buen ejemplo de la democracia que toleramos los chilenos.

Don Lalo proviene de la aristocracia falangista. El tío Ta Tán de algo muy cercano. De hecho todos menos los candidatos del “diezmo” ciudadano (Un 1% en CERC-IPSOS-TOTTUS-LIDER-JUMBO) se ven en los matrimonios de los amigos, de sus cercanos, de plebeyos, su gente, lo llaman pueblo cuando hablan en los bautizos y pomposas ceremonias que guardan el luto de un estancamiento en los temas que deberían revisar en las mismas encuestas. Pero No. Tenemos que estar preocupados de la aprobación de lalos, tatanes y marquitos y una larga lista de “fracasados”.

Como si se tratase de una oferta de supermercado, salud, educación, delincuencia y libertades y en ese orden son las preocupaciones de los tolerantes chilenos que ven cómo por los noticiarios desfiles de propuestas que sabemos en el congreso tendrán un tope porque muy presidencial será la cosa, pero lo que urge es voluntad política. Atreverse a innovar y proponer para la participación y no esperar a que se rompa la Alameda y se decida “trabajar” para luego decidir en las mismas frías paredes del poder.

He aquí la importancia de Marquito, de atreverse a decirles saben, acá también hay otros que podemos gobernar y levanta una alternativa renovada y al menos viable para las pauteadoras encuestas. El tema es si compartimos o le creemos que pueda gobernar en una mecánica que el mismo ha dicho es hostil y no me cabe duda de que es más asqueroso de lo que se pueda escribir por mucho que emane de las entrañas podridas de un disidente.

Juan Nulo es mi candidato, y ahora que lo pienso he votado sólo por mujeres. A ellas parece que todavía les creo, pero también ya tengo mis dudas, porque se juntan con pasteles y se van de ponceo con una manga de lais, a los mismos pomposos matrimonios de los poderosos.

Celebrados en una iglesia que después de 150 años aceptó la teoría de Darwin. Así de estancadas están las cosas en un país en que se le pregunta hasta a la iglesia lo que piensa, pero a sus ciudadanos las pinzas.

El secreto de mi voto es que se puede vivir afuera de sus pataletas, distante, pensando en alternativas para demostrar la contrainformación de los periódicos que publican esas bodas. Porque en verdad hay una brecha muy grande entre sus discursos de crecimiento y el pensamiento alternativo del desarrollo.

Porque no habrá encuesta que me satisfaga, mientras a ellos siempre les vaya bien, incluso cuando pierdan una elección. Incluso cuando alguien le lanza una miga en la mesa a la que no estamos invitados a soñar el Chile del postbicentenario. Incluso cuando sacan ventajas del error del otro por deporte desmereciendo sus propias recetas.

Aún me resto. Pero es una salida digna, fría si se quiere. Una suerte de harakiri para algunos y para otros un kamikaze, ¿Por que qué sentido tiene inscribirse y votar nulo? Todo el sentido de la apatía, el descontento. No son los candidatos los que la absorben como profesan las encuestas, tampoco la recogen los servicios electorales, tampoco los equipos que elaboran los programas de lalos, tatanes, marcos y los del 1%. Lo de fondo es la representatividad y al anularme, les digo que no me representan y por último es mi derecho a patalea.


He dicho.

7.02.2009

De Fotos y Polémicas


¿Quién iba a pensar que una fotografía detonaría una crítica tan severa contra la prensa chilena? Los periodistas bien sabemos en todo caso, que una imagen vale más que mil palabras. En ocasiones hasta es la imagen el objeto noticioso que se destaca, con demasiada reiteración diría yo.

Muchos han rasgado vestiduras respecto de la ética profesional frente a la famosa foto que quizás más de alguno quiso poner a decorar alguna sala de redacción, pero tras la ridiculización que hicieran medios estadounidense más que pudor, les daría vergüenza ahora colocar como fines decorativos.

No creo que esté en juego la ética profesional de los que protagonizaron una fiesta de codazos. Para nada, es un tema estético, no ético, se dice. Aunque para muchos estos conceptos al menos en el arte vayan dramáticamente de la mano. Para mí lo están y por eso el efecto de la fotito y el say cheese de los colegas del coloso del norte que también han incurrido en problemas estéticos como los reporteros sobre los tanques en las guerras post Vietnam, son todo un tema digno de analizar.

Lo cierto es que detrás de todas las críticas, se esconde una pasada de cuenta al periodismo ¿No son demasiado amigos los entrevistadores de sus entrevistados cuando estos están ligados al poder? ¿Alguien los ha visto en un coctel sonreír y giñarse? Esos comportamientos que las fotos de la sección de personalidades de las revistas couché no parecen importarnos. (De muestra un botón en la imagen que nos muestra a un candidato y un actual ministro de Estado)

Obama, un personaje para muchos que venía a salvar al mundo de las garras imperialistas encarnadas en Bush, pero que finalmente es un negro más que trabaja para el hombre blanco, una decepción para los que pensaron que sí se podía. A todas luces un protagonista de la historia que depara el futuro, incluso metiéndolo en el carro de las predicciones del fin del mundo.

Cuando los periodistas se transforman en la noticia, algo anda mal. Ya sea porque son víctimas de represión o asesinados reporteando una guerra, como sea, siempre será algo non grato para nuestra profesión. Toda vez que sea un evento serio, acá, los matrimonios o hijos que nacen de parejas televisivas del tipo Pells no resisten análisis.

Dentro de las cosas que hay que cuestionarle al periodismo, de entrada destaca la propiedad de los medios de comunicación y eso no es achacable a los periodistas que trabajan dentro de esos imperios económicos, sí podría uno preguntar sobre la autocensura que esos medios imponen con el miedo a perder el trabajo y por sobre todo de dónde vienen esos propietarios. Sí podemos cuestionar el accionar de periodistas que se han transformado en verdaderas secretarías de las fuentes oficiales, siendo su reporteo no más que una trascripción de los dichos de uniformados, señores con corbata y/o autodenominados garantes de la gobernabilidad. Punto a parte para avionetas que son noticia 4 años más tarde, tan sólo una semana de burlarnos por el noticiario boliviano que presentaba imágenes exclusivas de la caída del Air France en Brasil.

En buena hora se toman la foto con Obama, que abre un panorama más bien negro en el periodismo chileno. Y si me apuran, por ahí también se abre el debate respecto de frases hechas que uno escucha a menudo en los pasillos de las redacciones de los canales, eso que todo lo que aprendiste en la universidad se va al tacho de la basura porque realmente aprendes a hacer periodismo estando dentro de un gran medio de comunicación, en parte es cierto, pero entonces ¿Qué entendemos por periodismo?

Me temo, que la ciudadanía no está siendo defendida por los llamados a ser los garantes de la democracia, si toda vez que haya un Golpe de Estado se cerrarán filas porque a nadie le gustan los Golpes de Estado, así no hay espacio para revoluciones ni grandes cambios. Con esa mirada tibia frente al mundo porque los espacios informativos internacionales hacen caer el rating a piso, ¿y por qué esa medición debe importar si quiera en una reunión de pauta? ¿No deberíamos saber lo que realmente le importa a las personas? ¿No deberíamos llevarlo en la sangre? Y por mucho que la respuesta sea que la gente pide ver banalidades y conflictos del orden porno social, ¿No deberíamos ir en contra y ocuparnos de lo verdaderamente trascendental para las familias?

¿Por qué una vez que los medios extranjeros publican las cuentas secretas en el Riggs es noticia en Chile? ¿Por qué se espera que un medio de afuera publique algo que nos compete antes de comunicarlo a nuestros ciudadanos? Son preguntas hechas al boleo, que claro, no tienen nada que ver con la famosa foto con el César del mundo actual, pero son preguntas válidas o acaso no deberían enfurecernos más las respuestas que vemos en los noticiarios a diario más que las preguntas.

El periodismo y su complicidad silente frente a los grandes temas es lo que se cuestiona y no el hecho del entusiasmo desproporcionado por fotografiarse con Obama. Nada más lejos que la respuesta de que somos envidiosos los que no asistimos en el vuelo presidencial a la Casa Blanca donde habita un negro. Más que un pataleo a una demostración de provincialismo, se trata de un cuestionamiento válido al secretismo instaurado, ya sea por autocensura o por una simple negligencia profesional.

Para tener un buen periodismo en Chile entonces tendremos que esperar a que se pongan de moda los grandes temas, las historias humanas que siempre se valoraron, no lo sé, pero sí creo que el rigor profesional a larga traerá más éxito profesional a los periodistas que el exitismo propio de nuestra época.