Bitácora de una pluma enfermiza URBE + POEIA + MOVIMIENTO

6.05.2007

DÍA DEL MEDIO AMBIENTE


Pffff, jajaja.
San Antonio, un camión con petróleo derramado. Talcahuano tiene felices a los pescadores artesanales ganando más lucas por limpiar la tragedia. Santiasco, con los niveles más altos de polución en años.
Y CODELCO al menos tuvo que pagar indemnización a familias del norte, 7 míseros millones de pesos por tener sus días contados y haber habitada entre las toxinas toda su vida. Esto sólo en un pueblo...

6.04.2007

Caracas TV y lo que vemos en Chile: Apuntes sobre 2 Discusiones Vacías.

Pocos días después de que el se llevara a cabo un seminario para discutir el “Reto de la TV Digital” en el que varios académicos expresaron su preocupación por la baja calidad de la programación convergente de nuestra televisión, el asunto disparado por la no renovación de la concesión a la empresa que regenta Radio Caracas TV (RCTV) en Venezuela se ha instalado en los medios periodísticos como un tópico más entre los habituales de la temporada, con enviados especiales y reportes con aliento a ética.
Ahora que está por definirse cómo se normará el negocio de la TVD-T se presenta en Chile la oportunidad de democratizar la televisión abierta, como un bien público de todos los chilenos, para que este medio no sea un privilegio exclusivo de los pocos grupos que actualmente detentan el control de la pantalla.

Que bien tanta cobertura al episodio RCTV. Por una parte permite mantener abierta la temática conceptual sobre los sentidos de la libertad empresarial en la prensa, pero nada tienen que ver con la Libertad de Expresión. Como muchos han tratado de centralizar el debate. Esto es muy parecido a la discusión en Chile sobre la decisión de la SUBTEL en torno a la norma en TVD-T.

Lo cierto es que más allá de la decisión de lo técnico en materias de nuestro espectro radioeléctrico y los 6 megahertz de espacio, debemos concentrar la discusión en lo que tenemos dentro de la pantalla y no cómo mantener un statu quo perpetuo en conseciones con una propuesta social mínima. Concentrar los esfuerzos en la norma es farrearse la oportunidad de conceder espacios a la pluralidad en los contenidos y su modalidad económica.

Entonces, la cobertura de los medios masivos sobre RCTV, no es bueno en cuanto vela otra discusión no menos importante, referida a la necesidad –o no– de regular, lo que significa limitar, las modalidades de transmisión en la TV en el orden de sus estilos y contenidos. Mirada que poco podemos conocer los chilenos a través de los medios de comunicación masivos que se concentraron en el “atropello del gobierno de Chávez a la democracia”. Que no es más que una decisión política por cierto, pero que no es una mordaza para una empresa que aún opera 6 radios dentro del espectro del Estado venezolano. En una capital que existen más de cien diarios no se puede hablar de restricciones de empresa en la prensa y menos de censura si las señales de TV abierta en Caracas privadas opositoras persisten y RCTV pueda aún legítimamente expresar su programación por el cable.

Retomo la discusión en Chile sobre la TVD-T, la importación indiscriminada de formatos ha hecho que los televidentes se acostumbren a consumir productos de bajísima calidad, entendiendo la calidad como un TV que priorice la información, el análisis y el intercambio de ideas, o que promuevan la cultura en sus más diversas manifestaciones, o que simplemente proponga un entretenimiento con más neuronas que silicona.

Con honrosas y contadas excepciones, los canales bombardean a los chilenos. La televisión es una formidable herramienta de comunicación, para nadie es debatible. Por ello, debería propender al fomento de los valores, del buen gusto y de la inteligencia. La televisión dedica un porcentaje mínimo de sus emisiones a esa función formadora de seres humanos libres y con espíritu crítico; y un porcentaje exorbitante a la chatarra estupidizante, y así en todo el mundo. Con la salvedad que nuestra TV Pública que es la única en el mundo que debe autofinanciarse con la lógica del mercado.

Los ejecutivos arguyen que los programas-basura son los de más alto rating, y puesto que es lo que la gente reclama, los canales tienen derecho de emitirlos y nuestra TV Pública debe competir con la propuesta privada para sobrevivir económicamente. Sin dar opotunidad real a producciones nacionales demandadas por las cifras que indica CNTV. Un 75% de los chilenos quiere ver producciones nacionales y no enlatados foráneos.

En Venezuela más bien se ha puesto en marcha una saludable democratización del espectro radioeléctrico. Las frecuencias de radio y televisión constituyen un bien público que en todos los países debiera servir a los intereses de la mayoría, y si no fuera importante nuestra actual discusión sellaremos el triunfo al actual panorama televisivo. Más de lo mismo con calidad HD. El pataleo de ANATEL es justo. Pero no lo es cuando se cierra a discutir sobre un “mercado pequeño de 380 millones de dólares al año”. -Puede ser mayor o con lo pequeño que sea- debe dejar ingresar a los productores independientes a las experiencias de TV Local, en definitiva abrirse a compartir un espectro que a la luz de la tecnología es propicio para todos.
Chile es un país donde VTR Global Com implantó un monopolio absoluto de la televisión por cable, con el permiso expreso de la Comisión Antimonopolios y hasta del Tribunal de la Libre Competencia. VTR controla el 99% del mercado, sin darle cabida a otras opciones periodísticas distintas a CNN, como la cadena Telesur, Aljazira y otras estaciones satanizadas.
La única “competencia” de VTR para quienes no tienen fibra óptica es DirecTV-Sky, televisión satelital vía antena parabólica, que pertenece localmente a VTR Global Com. Todo esto sin protestas de senadores chilenos que hoy gritan por la libertad de expresión en Venezuela.

Más allá de la norma es necesario revisar el marco legal de la TV chilena hoy. La TV construida al alero de la universidad ha caído en la proyección de monodiversidad. Hoy un empresario extranjero, Ángel González, posee en Chile dos estaciones de televisión abierta, Canal 2 y Canal 4, La Red, en violación flagrante de la ley y bajo la complacencia del CNTV, en un país donde está expresamente prohibida la propiedad de más de un canal. González es dueño de los 4 canales de televisión abierta de Guatemala y de otras 30 estaciones en América Latina.

Es necesario legislar para poder realizar el salto tecnológico y abrir la discusión a todos los actores sociales del audiovisual, ya que los principales actores del mercado actual no quieren dejar de percibir los 380 millones de dólares que reparte el negocio de la TV en Chile y que se han preocupado de sostener que no es una cifra interesante para los volúmenes de costos que existen en la producción. Son varias las dudas que nos deja, pero es un premio al desarrollo social que podamos debatir junto a los principales gestores del sistema actual que rige a la TV. Al menos el derecho a pataleo ha sido recogido.Al parecer el consenso social indica que se debería concesionar hacia una lógica de múltiplex, es decir, ofrecer espectro para HDTV (para una gran cobertura) y poder tener al aire otras señales segmentadas, más un espacio para otras aplicaciones como la transmisión de señales a los teléfonos móviles.

¿Deben los canales de señal abierta seguir profitando del espacio público bajo el modelo de concesiones perpetuas? Bajo esta oportunidad que nos brinda la tecnología ¿Debemos continuar con la convergencia de contenidos en la TV chilena? ¿Los 6 megahertz con los que se podrá transmitir en el futuro son propiedad de los canales “históricos” o son el fiel reflejo de la plaza pública que nos va quedando? Juzgue usted.

Una discusión democrática sobre el futuro de la televisión abierta bajo la tecnología digital es mucho más relevante que la elección del estándar. Tampoco es relevante la decisión soberana de un gobierno de no renovar la concesión que favorece a un grupo local que, por otra parte, ya usufructuó del negocio por más de medio siglo.